26 de septiembre
ULFILAS, OBISPO DE LOS GODOS. Recientemente he leído con asombro a Borges. La erudición del argentino es descomunal. Ya hace algunos años con El Aleph, Otras inquisiciones y Ficciones me había cautivado por ese español delirante, fantástico. Ahora reviso Borges Profesor. Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, libro que Borges nunca escribió, por supuesto, sino que es producto del esfuerzo de Martín Arias y Martín Hadis por recuperar a través de la elaboración de una edición impresa las clases impartidas por el escritor en 1966. A la par leo también su Breve antología anglosajona y Literaturas Germánicas Medievales,el primero en coautoría con María Kodama, y el segundo con María Esther Vázquez. Ambos textos son indispensables para acompañar la primera parte del curso.
La segunda y tercera clase son sensacionales. Su disertación sobre el Beowolf y los kennings es increíblemente bella, un trasladarse lentamente al pasado. Pero la pieza que ha detenido el tiempo, que se ha convertido en una de mis favoritas de todo Borges -a la altura de «El inmortal», «Deutsches Requiem» y «Los teólogos»- es su relato sobre Ulfilas (el obispo arriano de los godos que puso a salvo a su pueblo ante la persecución de Atanarico y que tradujo la Biblia al gótico), contenido en Letras Germánicas Medievales, del que transcribo el siguiente fragmento:
«La Biblia gótica es el monumento más antiguo de las lenguas germánicas. Ulfilas hubo de superar vastas dificultades; la Biblia, más que un libro, es una literatura; reproducir esa literatura, a veces compleja y abstrusa, en un dialecto de guerreros y de pastores es un trabajo que parecería, a priori, imposible. Ulfilas lo cumplió con decisión, a veces con agudeza. Prodigó, como es natural, barbarismos y neologismos; tuvo que civilizar el idioma. Su lectura nos reserva sorpresas. En el Evangelio de Marcos (VIII, 36) está escrito: “¿Qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo y perdiere su alma?” Ulfilas traduce mundo (cosmos, orden en el original) por bella casa. Siglos después, los anglosajones traducirían mundo por woruld (wereald, edad del hombre), que contrapone el tiempo humano a la infinita duración de la divinidad. Los conceptos de cosmos y de mundo eran harto abstractos para los sencillos germanos.
»Así, por obra de Ulfilas, remoto precursor de Wyclif y de Lutero, los visigodos fueron el primer pueblo de Europa que dispuso de una Biblia vernácula».