Durante su estadía en Estrasburgo, la situación en Ginebra se tornaba cada vez peor, de tal manera que el Concilio General de la Ciudad le pidió a Calvino que retornara como pastor. Calvino recibió la carta estando en la ciudad de Worms, donde había sido enviado por la ciudad de Estrasburgo como representante en cuatro Dietas convocadas de nuevo por el Emperador Carlos, entre los años 1539 al 1541 (allí Calvino desarrolló una muy buena amistad con Felipe Melanchton que duró por 24 años, hasta la muerte de éste; también mantuvo una amistad epistolar con Lutero, pero nunca llegaron a conocerse personalmente). Al leer la carta, Calvino estalló en llanto. “Preferiría cien otras muertes antes que aquella cruz, sobre la cual tendría que morir mil veces al día.” (24) Era una decisión muy difícil para él, pero después de 10 meses de mucha lucha, finalmente decidió regresar (en la providencia de Dios, cuando tomó esa decisión se encontraba en la misma ciudad donde, 20 años antes, Lutero había pronunciado su famosa resolución ante el emperador Carlos).
Calvino regresó a Ginebra el 13 de septiembre de 1541 para no salir de allí nunca más. Al subir al púlpito por primera vez, abrió su Biblia en el mismo versículo que continuaba en su exposición que quedó suspendida tres años antes. Predicaba varias veces el domingo y, durante algunas semanas, todos los días restantes. Durante este tiempo un hombre llamado Denis Raguenier comenzó a tomar notas de los sermones de Calvino en taquigrafía para su propio provecho; su labor fue tan precisa y completa (casi no dejaba escapar palabra), que gracias a ese esfuerzo contamos hoy con una inmensa cantidad de sermones suyos a nuestra disposición. Su costumbre era predicar sistemáticamente a través de los libros de la Biblia. En sus años de madurez acostumbraba predicar en un libro del NT los domingos en la mañana y en la tarde (aunque por un período estuvo predicando los Salmos en la tarde), mientras predicaba de un libro del AT durante la semana. De esa forma pudo exponer: Génesis, Deuteronomio, Job, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, todos los profetas, Los Evangelios, Hechos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Hebreos.
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