Temores infundados

21 de septiembre

TEMORES INFUNDADOS. Hoy por fin pude ver Midnight in Paris, la tan comentada película de Woody Allen. Un par de amigas me habían advertido: «se necesita de un alto grado de cultura para entenderla». Por tal motivo había prolongado mi cita con la película por meses. Existía cierto temor en mí de que la cinta fuese demasiado críptica, de que no pudiera captar su sentido, apreciarla en su justa dimensión. No ha ocurrido nada de eso. Aunque la cinta es abundante en referencias, no hay nada extraordinario en ella. Cualquiera que conozca bien la historia cultural de Estados Unidos y de Europa de la primera mitad del siglo XX podrá encontrarse con una historia divertida, desarrollada en un escenario más o menos familiar. Tal vez mis amigas exageraron.

El impacto político de Calvino

calvin55eLa Reforma, en su esencia, no era un asunto de lo periférico, sino del corazón, del cual brotan los asuntos de la vida. Se dirigía a la cuestión de la relación del hombre con Dios, la que es determinante para todas las otras relaciones de la vida. En este sentido era católica y universal en su impacto sobre la vida total de la sociedad. Aunque la restauración de la verdadera iglesia era la meta principal, la divina gloria de la obra de Dios en Cristo arrojó su luz con amplitud hacia toda esfera de la vida.

El impacto de las ideas de Calvino en la esfera política inauguró una nueva era, dándole un carácter y una dirección nuevas a la existencia nacional en muchas tierras. El estado Griego había sido totalitario, en el que la religión servía como un medio para un fin, a decir, la glorificación del estado. En la Edad Media los roles fueron revertidos de manera que nos encontramos con una iglesia-estado, con la suprema autoridad conferida al papa, quien prestaba el poder temporal al gobernante terrenal para el servicio de la iglesia. Calvino miró a la iglesia y al estado como dos entidades interdependientes cada una habiendo recibido su propia autoridad del Dios soberano. En esta concepción el estado nunca es secular, ni están el estado y la iglesia separados en el sentido moderno de la palabra. La democracia atea y la soberanía popular no pueden decir que Calvino es su padre.

Según Calvino, la iglesia y el estado deben vivir en paz y deben cooperar juntos en sujeción a la Palabra de Dios. Cada una ha de tener su propia jurisdicción. El estado tiene autoridad en los asuntos puramente civiles y temporales; la iglesia, en los asuntos espirituales. Calvino abolió la cláusula de la ley canónica del beneficio del clero, colocándose a sí mismo y a sus asociados ministeriales en obediencia a los magistrados todos los asuntos civiles. Los magistrados, por su parte, habían de estar bajo la jurisdicción del consistorio en las cosas espirituales. Es claro por esto que Calvino pensaba del estado como constituido por ciudadanos Cristianos, pues, así como no hubiera sido posible, la vida individual próspera sin moralidad basada en la verdadera religión, así también, sostenía Calvino, la vida social y política sin verdadera moralidad, la que a su vez está basada en la verdadera religión, a decir, la Cristiana, es imposible.

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